¿Es posible amar a dos personas?
Esta es una pregunta con connotaciones éticas, sobre todo en el mundo occidental. En las culturas árabes, o en Asia, existen las familias de varios cónyuges sin que haya quejas al respecto. No obstante, el mundo occidental es férreo creyente en la monogamia. Por supuesto, la unión matrimonial en occidente también está asociada a los sentimental.
Se suele considerar que el amor es único. Por eso, cuando alguien siente que ama a dos personas a la vez; cae en un conflicto. Socialmente, esto se considera como una traición. También, se juzga que uno de los dos sentimientos no es amor.
En algunos casos se habla de la existencia del “poliamor”
El concepto de poliamor acepta las relaciones entre tres, cuatro y más personas. Aún así, muchas de estas situaciones se viven con mucha confusión. En buena medida, esto sucede porque estamos educados con la siguiente ecuación: amor = monogamia. Todo lo que sale de este parámetro, suele causarnos serios problemas.
Los antropólogos y psicólogos han estudiado en detalle las relaciones humanas. Así, han llegado a una interesante conclusión: las relaciones de tres o más personas son más complicadas. Si las parejas pelean, y tienen desencuentros, mucho más sucede cuando hay más personas involucradas. Para que una relación de “varios”, sucede que uno de los integrantes sea el principal y ponga las reglas. Justo eso ocurre en la cultura árabe, donde los hombres tienen varias esposas (un harem) y todo gira en torno a lo que él decide.
En cambio, cuando una relación de varias personas trata de llevar un nivel de igualdad (como hacen las parejas); entonces hay demasiados choques. Explotan los celos, los conflictos y los desacuerdos. Por ejemplo, en una relación de tres personas uno de los integrantes puede argumentar que se siente desatendido.
Todo lo anterior ha hecho que la humanidad desarrolle la monogamia como una forma de mantener nexos menos complicados. Además, el llamado “poliamor” se complica aún más cuando nacen hijos. Cada madre procura que su descendencia tenga los recursos de la “familia”, lo cual detona más los conflictos.
La cuestión del amor y el compromiso
Los científicos han estudiado las relaciones múltiples. Al parecer, todos llegan a una misma conclusión: en las relaciones de varias personas, algunas ofrecen “pasión y deseo sexual” y otra ofrece “compromiso y hogar”. Por lo general, la pareja que ofrece “pasión” es más joven que aquella que otorga “compromiso”.
Sucede que los seres humanos buscan ambas cosas en las relaciones. Lo ideal es conseguirlo en una sola pareja. No obstante, si esto no se puede se busca en parejas diferentes y que se complementen. Bajo este criterio, el amor es entendido desde el punto de vista evolutivo y bioquímico, siendo entendido como una mezcla de “pasión” y de “compromiso”.
La peculiar conclusión a la que se llega es la siguiente: si se puede amar a dos personas. Ambas personas son valoradas, pero desde perspectivas diferentes. Quien las ama, siente algo honesto por las dos (o más) parejas. Por eso, siente una duda y culpabilidad. No obstante, lo que sucede es que lo no obtenido en una pareja se complementa con la otra.
¿Por qué surgen los conflictos y los remordimientos?
Si partimos de la idea de que si se puede amar a dos personas, si es natural que esto suceda, entonces por qué hay resistencia a esta situación. La respuesta se encuentra en una suerte de “memoria y experiencia evolutiva”. En última instancia, priva la necesidad de reproducción y supervivencia de la especie.
Como mencionamos antes, las familias con varios cónyuges se convierten en un problema cuando nacen hijos. La humanidad se ha civilizado y evita situaciones conflictivas. Por ejemplo, en las sociedades de leones hembras y machos matan a las crías que no son su descendencia genética. Lo hacen para preservar sus genes, pues si dejan a todas las crías vivas escasean los alimentos. Entonces, prefieren solo dejar a sus propios descendientes.
Ahora, imaginemos una familia de varios integrantes: cuáles hijos tienen prioridad. Cada padre o madre luchará por que sus descendientes tengan jerarquía y prioridad. Todo esto se evita con la monogamia, siendo una solución social-evolutiva a la cual los seres humanos se han acostumbrado tácitamente.