El yoga y la paz interior
El yoga y la paz interior están íntimamente relacionados debido a que uno es consecuencia del otro. Es decir, el yoga es un excelente recurso que permite a las personas lograr la paz interior. Es un término que utilizamos para hacer referencia a la sensación de bienestar que logramos cuando nos liberamos del estrés y de las preocupaciones del día a día.
La ansiedad es parte del ritmo de vida actual de la mayoría de las personas, y por ello la práctica del yoga y de la meditación son excelentes herramientas que nos ayudan a lidiar con ella. Encontrar la paz interior puede ser difícil cuando no sabemos cómo gestionar nuestras emociones. Por ello la meditación y el yoga juntos pueden ayudar a reconectarse consigo mismos y también a alcanzar un nivel mayor de espiritualidad.
¿Cómo encontrar la paz interior con yoga y meditación?
El yoga es una disciplina física y mental, que ayuda a las personas a alcanzar un control completo sobre sus cuerpos y mentes. Se ha comprobado que con su práctica habitual es posible activar el sistema nervioso central. Específicamente aporta múltiples beneficios al órgano cerebral y también a la médula espinal, ya que las varias posturas que se ejecutan promueven la relajación, concentración y la oxigenación por medio de la respiración.
La meditación también se asocia con el yoga que ayuda a limpiar la mente de pensamientos negativos. De hecho quienes lo practican mantienen una mente más positiva y sana. Los científicos han observado que también aumenta la actividad neuronal con lo cual también aumentan los niveles del neurotransmisor llamado GABA. Este es un químico que ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés.
Otro aspecto psicológico que es resultante de la práctica del yoga es la resiliencia. Se trata de un estado mental equilibrado que es clara manifestación de haber logrado superar adversidades. También es destacable los beneficios que aporta al autoconocimiento y al desarrollo personal.
¿Cuáles prácticas permiten crear y mantener la paz interior?
Para lograr alcanzar la paz interior es importante filtrar todo lo que proviene del mundo exterior. Aquellas influencias negativas que nos afectan física y mentalmente deben ser alejadas de nosotros. Sin embargo, es un proceso de varias etapas al cual debemos enfrentarnos con paciencia y constancia.
Se trata de una decisión personal e intransferible, por lo cual depende íntegramente de nosotros lograr este objetivo. Debemos eliminar ciertos hábitos para reemplazarlos por otros más positivos. La paz interior es resultante de la combinación de energía física y energía espiritual, por ello es importante:
- Calmar la mente.
- Cuidar de nuestros pensamientos, sobre todo los de naturaleza dañina.
- Cuidar de nuestras palabras, estas se volverán actos que pueden ocasionar daños a otras personas.
- Cuidar de nuestros actos, debemos pensar antes de actuar y además estos se vuelven costumbres.
- Cuidar las costumbres que adoptamos porque estas forjan el carácter.
¿Cómo encontrar la paz interior?
Estos son algunos consejos y hábitos que debemos Integrar a nuestra cotidianidad para encontrar la paz interior:
- Invierte tiempo en meditar y reflexionar. Al menos unos minutos en las mañanas después de despertar, este es un comienzo y permite seguir el resto del día con un estado mental más calmado.
- Aprende a convivir con el ruido de tu propio silencio. Las personas olvidan que el sosiego interior es una parte fundamental de la paz interior, la propia soledad nos permite entrar en contacto con nuestro ser.
- Practica la gratitud. En ocasiones nos mostramos agradecimiento por los aportes o ayudas que recibimos de personas que no esperan nada a cambio. La generosidad está vinculada a la gratitud, así como también aleja al egoísmo.
- Evita las críticas. Se asocia con la envidia y nos correo internamente. Emitir un juicio de valor puede hacernos injustos y causar daños graves a otras personas.
- Aprender a perdonar. Es un proceso terapéutico examen promueve evitar las conductas destructivas y cambiarlas por otras más constructivas. No sólo se trata de perdonar a otras personas, sino también a nosotros mismos.