Cómo saber si tengo deficiencia auditiva
Una deficiencia auditiva hace referencia a la incapacidad de poder escuchar los sonidos de nuestro entorno. Médicamente se reconoce que las personas pueden padecer distintos grados en la pérdida de la audición. Asimismo, cada oído tiene un mayor o menor grado.
Para que una persona sea reconocida con esta discapacidad se clasifican en dos categorías. En la primera se encuentran las personas sordas cuya deficiencia es total. En el segundo grupo se encuentran las personas a las cuales se les llama hipoacúsicas, significa que poseen una deficiencia parcial por lo cual pueden percibir ciertas ondas sonoras y se valen del uso de algún tipo de aparato electrónico que las ayuda a amplificar.
Generalmente este tipo de discapacidad pasa desapercibida, ya que no presenta sintomatología evidente. Comienza a ser notoria para el propio paciente cuando enfrenta dificultades para poder comunicarse con otras personas. Pero también es tal el caso de quienes nacen con esta condición, pero estadísticamente ha habido un aumento en quienes han adquirido la pérdida auditiva paulatinamente haciéndose más evidente.
¿Cuáles son las causas más comunes?
Con las causas nos referimos a cuáles son las razones por las cuales se desarrolla un tipo de deficiencia auditiva. Su origen lo podemos encontrar en la herencia genética, algunos individuos nacen con esta condición la cual es heredada de sus antepasados.
También está el caso de las personas con una deficiencia auditiva adquirida en algún momento de sus vidas. Generalmente se trata de accidentes, en donde se ve comprometido el adecuado funcionamiento del aparato auditivo.
Igualmente está el caso de las personas cuya condición es congénita. Significa que por razones prenatales asociadas a alguna enfermedad padecida por la madre durante el embarazo pueden provocar este problema. Ejemplos de este tipo son la rubéola y el sarampión.
Asimismo, están las causas perinatales, las cuales hacen referencia a los traumas ocurridos durante el parto. Y finalmente están las causas que tienen su origen en los partos prolongados que ocasionan anoxias, es decir una limitación en la suministración del oxígeno.
Es un mito pensar que una discapacidad auditiva viene acompañada con algún otro tipo de discapacidad. Lo cierto es que estas personas son capaces de hablar y también su intelecto está intacto. Pongamos de ejemplo a aquellas personas que adquieren esta condición después de los tres años de edad, o simplemente después de haber aprendido a hablar. Cuando oficialmente son diagnosticadas con deficiencia auditiva aún pueden recordar la lengua oral.
¿Cómo es el diagnóstico de la deficiencia auditiva?
El diagnóstico se puede hacer desde temprana edad, los bebés pueden ser sometidos a pruebas de audición después de unos meses de nacidos. Se ha demostrado que alrededor del 60% de los casos registrados pudieron diagnosticarse durante esta etapa. Asimismo, se considera que es lo más adecuado para poder implementar medidas preventivas o correctivas dependiendo de cada caso.
Entre los síntomas más comunes que encontramos en bebés con sordera por nacimiento destacan las siguientes:
- No responder al ser llamados
- No imitar las vocalizaciones de otras personas
- Permanecer tranquilo por largos periodos de tiempo
- No asustarse cuando se emiten ruidos fuertes
- No trata de pronunciar palabras después de cumplir un año de vida
También sucede con los niños de mayor edad que padecen algún tipo de deficiencia hipoacúsica. En este caso los síntomas son diferentes, Como los que se mencionan a continuación:
- Dificultad para pronunciar adecuadamente las palabras
- Mostrarse generalmente distraídos
- Presentar dificultades para lograr contestar preguntas sencillas
- No obedecer órdenes ni prestara atención
- Padecer de otitis y alergias frecuentemente
- Dificultad para cantar o imitar sonidos
- Aislamiento social
- Su manejo del lenguaje oral es deficiente y no se adecua a su edad
En el caso de las personas adultas generalmente se trata de una pérdida de la audición progresiva. Esto ocurre gradualmente debido a múltiples factores, entre ellos el proceso de la vejez. Los síntomas más comunes en estos casos son los siguientes:
- Dificultad para mantener una conversación fluida, constantemente se pide repetir palabras
- Dificultad para escuchar sonidos a bajo volumen, incluso susurros
- Problemas para percibir sonidos graves o agudos
- Sin darse cuenta suben excesivamente el volumen de los reproductores de música
- No pueden comunicarse efectivamente en ambientes ruidosos
Si algunos de estos síntomas son reconocibles se recomienda visitar a un otorrinolaringólogo. Para confirmar el diagnóstico se procede a realizar varias pruebas entre las cuales destacan la audiometría conductual, peep-show, audiometría tonal liminal, audiometría verbal y las pruebas supraliminares.